Páginas

lunes, 4 de noviembre de 2013

Vuelvo a escribir

Había dejado de escribir, porque dejé de caminar con mi padre, para poder responder a las obligaciones de preparar clases, exámenes, material de apoyo para algunos, la universidad, los cursos virtuales y demás.

Ayer recibimos una llamada de atención para nuestras vidas (a mis hermanos y a mí).   Nuestro padre se desmayó y perdió el conocimiento por un largo tiempo.
He agradecido a Dios porque:
      1. Estaba con mis hermanos en el lugar que estaban.
      2. No hubo juego en el play de los 3 brazos
      3. No encontró la llave que había solicitado.
Estas tres razones hicieron que mis hermanos lo pudieran llevar a la clínica rápidamente y una vez allí le atendieran.   Finalmente no fue nada grave, pero angustiante, doloroso y preocupante, mientras duró.   Todavía es preocupante no tener una razón válida de por que le ocurrió esto.

Esto me ha hecho escribir de nuevo y cuestionarme sobre si estoy haciendo lo que debo para mejorar la calidad de vida de este viejo que tanto aprecio.   Me cuestioné sobre si mi papel de hija debe incluir el juzgarlo y el dejar de ayudarlo.   Mi respuesta a estos cuestionamientos es NO.   No estoy haciendo todo lo que debía para enriquecer nuestras vidas juntos.   No debe incluir juzgarlo porque soy su hija, no su madre ni su esposa.   La obligación que debo asumir ahora es la de volver a caminar, quiera o no, coordinar mis horarios para dormir temprano y así levantarme a caminar junto a él y seguir conociendo su historia y sus recuerdos para escribirlos y compartirlo con mis hermanos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario